Trabajadores, toda la comunidad local, refugiados, turistas, nuevos trabajadores/habitantes potenciales, estudiantes, investigadores, productores audiovisuales, etc
Privada / pública Foto de Laura Cantarella
Este estudio de caso aborda la cuestión de la regeneración del pueblo a través de un enfoque holístico.
Ostana es un pequeño pueblo situado en la región del Piamonte (noroeste de Italia), en los Alpes occidentales, a 1.300 metros sobre el nivel del mar, con una vista privilegiada sobre el monte Monviso (3.841 metros).
En el último siglo ha habido un fuerte proceso de despoblación, pasando de 1.200 habitantes en 1921 a 5 en 1985. Desde entonces, se ha activado un innovador proceso de repoblación y hoy Ostana cuenta con 80 habitantes y en verano acoge a unos 400-500 turistas.
Este proceso ha sido impulsado por una administración local visionaria y su alcalde en una continua cooperación público-privada: el concepto era considerar la montaña no sólo como un lugar de ocio sino como un lugar para vivir. Con este objetivo, se adoptaron estrategias innovadoras. Al principio esta visión se basaba en tres factores principales: el entorno natural, la arquitectura alpina y el patrimonio cultural. Desde los años 2000 la iniciativa se ha vuelto más compleja y holística y se ha abierto al exterior, creando nuevas redes, atrayendo a la gente y nuevas actividades económicas, culturales y educativas.
Desde el punto de vista medioambiental, se han recuperado antiguos caminos y se ha revitalizado el turismo y la hostelería. Se ha realizado un importante proyecto de recuperación arquitectónica del patrimonio existente, basado en el respeto a los materiales naturales y tradicionales (madera y piedra). En cuanto al patrimonio cultural, un fuerte respeto y recuperación de la cultura tradicional "occitana" actúa como conector, una especie de hilo conductor que inspira acciones y nuevos proyectos.
En los últimos 10 años se han iniciado nuevas actividades económicas en Ostana. Algunas de ellas son privadas, como una granja de vacaciones, una granja ecológica, un bosque de bienestar, una casa en el árbol, un B&B establecimiento hotelero de precios moderados con cama y desayuno; otras son iniciativas públicas/privadas, como un hotel de montaña, un punto de información y una tienda de productos locales, una panadería, un centro cultural (con bar y albergue), un centro de bienestar.
En cuanto a la educación, se han atraído algunos institutos especializados: una escuela de creación de vídeos, un instituto de investigación interdisciplinar sobre sostenibilidad y eco-diseño, un centro interuniversitario.
Recientemente, se han acogido pequeños grupos de refugiados y se ha promovido el trabajo voluntario para bienes públicos: es un ejemplo de innovación social en el que nativos, no nativos y refugiados pueden cooperar juntos.
Las redes están en constante evolución, desde el ámbito local al internacional: por ejemplo, Ostana es uno de los Pueblos Más Bonitos de Italia (una marca que promueve la salvaguarda, recuperación y mejora de los pequeños pueblos en riesgo de despoblación). Además, es el primer pueblo italiano incluido en la red Smart Rural Areas 21 en 2021.
• Fuerte enfoque en la construcción de la comunidad, con la intensa participación de los habitantes (= proyecto colectivo), también con el compromiso de los actores locales.
• Crecimiento económico y educativo, gracias a las actividades empresariales.
• Gestión de la transferencia de conocimientos (proceso de aprendizaje de las antiguas a las nuevas generaciones).
• Estrategias innovadoras que hagan el territorio más atractivo para los turistas, así como para que los jóvenes y las familias, con un compromiso motivado y entusiasta, para que vivan allí.
• Variedad y heterogeneidad de la nueva población (se ha creado un observatorio social para los aspectos de integración).
• Conservación de los edificios antiguos, con el mantenimiento de la arquitectura tradicional alpina en un entorno natural, la recuperación de rutas antiguas y el respeto a las viejas tradiciones.
• Innovación social y cultural con relación rural/urbana.
• Fuerte relación y colaboración público-privada con la implicación del Ayuntamiento.
• La práctica consigue mantener vivo un patrimonio cultural, darlo a conocer y hacerlo atractivo para los turistas de temporada.
• Éxito en la gestión de las redes sociales y la comunicación.
A pesar de las tendencias demográficas negativas, es sensato esperar que la pandemia de COVID-19 pueda tener un efecto positivo en la repoblación territorial. Si los territorios rurales son capaces de garantizar los servicios básicos (transporte, educación, sanidad) la gente estará dispuesta a salir de las zonas urbanas y preferirá vivir en zonas rurales. La razón es la gran irrupción del trabajo a domicilio, que permite trabajar casi desde cualquier lugar donde haya una buena conexión a Internet.